28/12/14

ESQUIZOFRENIA EN EDUCACIÓN

    ¿Cómo podemos mejorar los resultados de nuestros alumnos? Esta es la pregunta que nos hacemos todos y cuya respuesta nos conduce por dos caminos paralelos, a la vez, hacia una esquizofrenia casi obligada.

    Por un lado, está la presión de los informes Pisa - el PIB de la educación, solo que, en nuestros informes, el consumo lo hacen, a su manera, los alumnos; la inversión la hacemos, como podemos, los profesores y los padres; el gasto público es cero; y la exportación-importación de lo aprendido hacia la sociedad y viceversa es... difícil. Total: por debajo de los estándares- Una presión, digo, que nos conduce a los docentes a enseñar lo que nos van a preguntar en las pruebas de tales informes, y que no es precisamente lo que los alumnos necesitan aprender para desarrolar pontencial, para desarrollar inquietud, para la excelencia que buscamos en cada uno. A veces, incluso, esta búsqueda de buenos resultados se traduce en una carga excesiva de deberes rutinarios, que algunos docentes, familias y, paradógicamente alumnos, interpretan como signo de calidad y exigencia. Y no solo el trabajo extra será suficiente en el afán de dar resultados. La actitud de los niños también debe ser reformada, "no puede ser que en 1º de la ESO no sepan estarse quietos, esto debe enseñarse ya desde primaria", dice un profesor harto de intentar el orden en la clase. Mientras yo pienso: algo debe estar alterado cuando a un niño no se le permite moverse, sabiendo como ya sabemos (lo dice la neurocognición) que es en el movimiento que surge su aprendizaje.
   Por otro lado, están los que, no acabándose de creer nada, crean. En Cataluña, escuelas como Quatre Cantons, IES Montgrós, Escola Sadako, Col.legi Montserrat, Escola El Roure... nos devuelven el reflejo de un nuevo proyecto común, donde los proyectos son más importantes que los deberes.

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